Vemos a una mujer quien vive entre su rutina y la monotonía de la misma, vemos las lunas de su niñez pasando una y otra vez como el símbolo de que la imaginación y la aventura de las cuales era creyente cuando niña y ha olvidado. El punto en que se detiene a verlas y el tiempo parece detenerse es donde recuerda a su “yo” pequeña y así vuelve a buscar la inspiración que brotaba de sus películas favoritas y de la posibilidad de ir más allá del cielo, a la luna.