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  • ¡Marta Verheyen, miembro del jurado de la 8ª edición, responde a nuestra entrevista!

    11 diciembre, 2020

    La fotógrafa y cineasta Marta Verheyen, que ha formado parte del jurado de la 8ª edición de Participa Méliès, comparte con nosotros su experiencia como directora de cine y como miembro del jurado del concurso.

    Marta Verheyen codirigió, junto con Laia Alabart, Alba Cros y Laura Rius, la película Las amigas de Ágata (2015), una ópera prima surgida de la Universitat Pompeu Fabra que obtuvo el reconocimiento del jurado en el Festival Internacional de Cine de Albacete con el premio Abycine Indie y el del público en el Festival Internacional de Cine de Autor de Barcelona, entre otros. También fue nominada a mejor película en los Premios Gaudí 2017 y proyectada internacionalmente en espacios emblemáticos como el Anthology Film Archives de Nueva York.

    Como fotógrafa ha participado en exposiciones colectivas en Londres, Barcelona o Torroella de Montgrí y, en el 2019, presentó su primera exposición individual, titulada You keep a diary and the diary will keep you, en la galería Space Place de Nizhny Taguil, en Rusia.

    La 8ª edición de nuestro concurso de vídeos ha contado con su bagaje y criterio para la difícil tarea de decidir los cortometrajes ganadores.

    Ha sido un verdadero placer poder contar contigo, Marta, y nos gustaría saber qué recuerdo te llevas de Participa Méliès.

    Un placer compartido. Me hizo mucha ilusión recibir vuestra propuesta. Ha sido mi primera experiencia como jurado, así que el recuerdo que me llevo es muy especial. Justamente una edición única, dadas las circunstancias del momento, que seguro será recordada por todo el mundo durante muchos años.

    ¿Hay algún aspecto a nivel general que te gustaría resaltar de los vídeos que nos han presentado en la 8ª edición? ¿Algo en especial que te haya impactado o dejado boquiabierta…?

    ¡La gran imaginación de todas las participantes! Y, sobre todo, destaco todas las piezas que homenajean a Méliès o el cine de los inicios, ya que no es habitual ver a gente tan joven que conozca o se interese por el cine mudo.

    A la hora de votar los cortometrajes, ¿cuáles son los aspectos que has valorado más y qué criterios te han guiado para puntuarlos?

    He valorado que la idea general del corto esté bien ejecutada y/o lograda narrativamente, así como la originalidad y la puesta en escena.

    ¿Qué consejos darías a los futuros y las futuras participantes?

    Que experimenten, ¡sin miedo!

    También que busquen inspiración y referentes en el cine de Méliès, Chaplin, Llyod o Keaton.

    Basándote en tu bagaje profesional, ¿qué consideras más importante a la hora de “construir” una imagen? ¿Qué aspectos son esenciales al realizar un plano o una fotografía?

    Una imagen tiene que contener en sí misma un propósito, ya sea subrayar algún elemento de la historia, representar la acción o mostrar el sentimiento de un personaje. Para mí, una imagen siempre tiene que contar algo.

    Para construir un plano o una fotografía, yo me fijo mucho en la luz, sobre todo, y en la relación del personaje (si lo hay) con el espacio.

    En este sentido, ¿crees que damos suficiente importancia a pensar las imágenes que vemos y que construimos constantemente?

    No mucha. Ahora mismo, estamos sobreexpuestos a miles de imágenes que no se han pensado, y tampoco nos han educado para “leerlas” o entenderlas.

    Tu primera película, Las amigas de Ágata, no deja de ser un poco…, si nos permites la palabra, un “experimento”. Un film sin un guion dialogado tradicional, basado en la improvisación de cuatro actrices siguiendo unas líneas establecidas (¡todo lo contrario de lo que recomendamos nosotros a los participantes del concurso para hacer un buen cortometraje!). Háblanos un poco sobre el proceso de realizar la película: ¿cómo surgió ese planteamiento arriesgado que es evidente que ha tenido un gran éxito?

    ¡Claro que sí, es un experimento! Es una película que se fue haciendo mientras se rodaba. Surgió, precisamente, de la necesidad de experimentar y de alejarnos un poco de la manera de hacer establecida. Al empezar como proyecto final de carrera, teníamos libertad para poder hacer ensayo y error. Nosotras queríamos hacer una película las cuatro, de modo que buscamos una historia que pudiésemos contar y que nos permitiese implicarnos por igual. El guion lo tuvimos que hacer (¡e hicimos muchas versiones!), pero enseguida nos dimos cuenta de que era una película de actrices y dedicamos mucho tiempo al casting, teniendo ya en mente que, cuando encontrásemos a las cuatro protagonistas, las implicaríamos también a ellas. El proceso fue muy bonito. Compartimos con ellas el guion y la descripción detallada de los personajes y, a través de ensayos, que ya grabábamos para que todas nos sintiésemos cómodas con las cámaras, aprendimos a grabarlas y ellas iban haciendo suyos los personajes. Así, cuando empezamos a rodar, pudimos dar pie a la improvisación y a que el guion dialogado fuese más natural.

    Creemos que la naturalidad que se respira –en parte por la forma de trabajar con las actrices, pero también por cómo planteamos la manera de rodar– es uno de los motivos por los que la película ha sido tan bien acogida.

    Partiendo de este modo de hacer y de concebir el cine, innovando, rompiendo la norma establecida, ¿qué crees que nos ofrecerá el futuro del cine? ¿Descubriremos nuevos formatos, nuevas experiencias, a nuevas creadoras y creadores?

    Pienso que sí, que quedan muchas historias por contar y muchas formas posibles. Por ejemplo, se empieza a dar más oportunidades a mujeres jóvenes cineastas, que inevitablemente nos ofrecerán nuevas historias que todavía no hemos visto representadas.

    Una pregunta que nos encanta formular: ¿Qué crees que habría hecho Georges Méliès si hubiese contado con la tecnología y los medios que tenemos hoy a nuestro alcance?

    Seguramente lo mismo: habría innovado y aprovechado las herramientas cinematográficas al máximo.

    Las amigas de Ágata es un proyecto a ocho manos. ¿Qué crees que aporta la creación colectiva en proyectos como la realización cinematográfica?

    Trabajar colectivamente aporta muchísimo, sobre todo si se hace con un grupo de personas que se transmiten confianza mutua y se complementan.

    En otros cargos dentro del  proyecto (producción, arte…) puede que la jerarquización de tareas sea más evidente y necesaria. Porque la organización del equipo y la distribución de tareas es importante, ¿verdad?

    Totalmente. Un rodaje es muy complejo y participa en él mucha gente. Es necesario crear buenas dinámicas y comunicación entre departamentos.

    En términos generales, ¿cuál es el proceso a seguir para llevar a cabo una película en el ámbito profesional? ¿Hay algún elemento o fase que, a veces, sobre todo en un ámbito más amateur, no se tenga muy en cuenta pero que requiera la misma atención?

    Generalmente, la gente que consigue hacer películas es muy perseverante. En muchos casos es necesario dedicar años a un proyecto, hasta conseguir la financiación o la productora, etc. Hay que preparar dosieres del proyecto, ir a pitchings, a laboratorios o encuentros en festivales… Para cineastas que empiezan, esto es muy difícil, ya que normalmente lo compaginan con otros trabajos para poder vivir.

    Para terminar, nos gustaría saber si actualmente estás trabajando o tienes algún proyecto cinematográfico en mente del cual nos puedas avanzar algún detalle.

    Por cuestiones laborales, no he tenido tiempo de meterme en un nuevo proyecto cinematográfico. Sigo haciendo fotografías, viendo películas y colaborando en proyectos de compañeras.

    Creo que cuando tienes la necesidad de hacer una película, lo percibes.

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