Entrevista a los ganadores de la categoría Escolar (Primaria) de la 6ª edición de Participa Méliès

Tomasito es un nuevo alumno en el colegio y todos sus compañeros están ilusionados, hasta que descubren que es diminuto y no saben cómo jugar con él. Esa es la premisa del cortometraje realizado por alumnos de 3º de Primaria del Colegio San Ildefonso (Madrid), ganador en la categoría Escolar (Primaria) de la sexta edición del concurso de vídeos Participa Méliès. Hablamos con Bárbara, la madre de uno de los alumnos realizadores de este cortometraje, que nos explica cómo descubrieron el concurso, de dónde salió la idea o cuáles son las dificultades y las satisfacciones con las que se encontraron estos pequeños cineastas.

¿Cuándo y cómo descubristeis el concurso Participa Méliès?

Gracias a vuestra newsletter, se la pasé a Elisa (la profesora de mi hijo), que se embarcó en el proyecto e involucró Ana Belén, la otra profesora, a Ana, la directora, al subdirector Quique y a cuatro padres para que ayudaran a los profesores.

¿Conocíais el trabajo de George Méliès y sus trucajes antes de este proyecto?

Sí, soy muy aficionada a Méliès y había visto una película sobre él con mi hijo hacía poco, La invención de Hugo.

¿Quién tuvo la idea del corto? ¿Cómo integrasteis el tiempo para este proyecto dentro del conjunto de actividades escolares?

La idea la tuvieron los niños, yo llegué al colegio con varias propuestas iniciales, una era mi favorita pero no les divirtió nada y ellos fueron eligiendo – pidiendo cosas que no nos sentíamos capaces de grabar – hasta que fuimos matizando hasta alcanzar la idea final: un niño que llega nuevo al colegio y todos están ilusionados hasta que descubren que es diminuto y no saben cómo jugar con él.

Las cosas que proponían para que le fuera sucediendo al diminuto protagonista eran… complicadas: que le pisaban y se quedaba enganchado al zapato, que se quedaba dentro de un chicle… De todas las que proponían, elegimos las posibles.

Los días de grabación fueron cuatro miércoles antes de comer. Cada padre, madre o profesor tenía asignado un espacio – tuvimos la suerte de que nos tocara el gimnasio-. Nos llevó unos 45 minutos cada día de grabación. Las monitoras del comedor nos esperaban y luego les daban de comer. Estuvieron maravillosas, porque una vez que empezábamos a grabar los niños se olvidaban de comer y decían «¡venga otra toma, por si acaso!» que es lo que decíamos después de cada toma.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad y la tarea más fácil que os habéis encontrado a la hora de realizar vuestro cortometraje?

La mayor dificultad fue la planificación, tuvimos que repetir un día entero de grabación, porque ni Elisa ni yo sabíamos mucho y el segundo día descubrimos los problemas de raccord (¡nos aprendimos la palabra para no volverlos a tener!). Al empezar a editarlo desde el principio, para ver si funcionaba un plano con otro, nos dimos cuenta del problema. Lo más fácil fue rodar con ellos.

Por otro lado, ¿cuál ha sido la mayor satisfacción?

La creación de los grupos fue aleatoria, lo que deshizo los grupos habituales y les hizo trabajar entre ellos y conocerse. Por ejemplo: en la creación de la historia, Germán, uno de los niños, es el que más ideas aportó y esto fue especialmente bonito porque empezaron a conocerle de otra forma y a respetarle. Se escuchaban los unos a los otros pero sobretodo le preguntaban a él y se hacían callar para escucharle mejor… creo que fue importante para él y para nosotras, para ver la transformación.

¿Qué opinaron vuestros compañeros, amigos y familiares al ver el corto?

Les encantó.

¿Realizar el corto os despertó el gusanillo del cine? ¿Qué rodaréis con el pack de rodaje – CANON LEGRIA HF R86, Croma, un kit de iluminación, trípode y un curso de cine – que ganasteis?

Queremos intentarlo con todo el colegio, involucrar a los mayores y que sean ellos los que hagan la planificación. Tenemos muchas ganas de usar el croma.

¿Qué consejo tenéis para otros colegios que quieran apuntarse a la siguiente edición de Participa Méliès? ¿Vosotros volveréis a participar?

¡Seguro! Animaría a todos porque es muy satisfactorio todo el proceso, el trabajar en equipo y el sentimiento de todos a una.