Cuando nos iniciamos en el mundo del cine acostumbramos a editar las escenas que grabamos de forma lineal. Los acontecimientos de la película se muestran en el orden en que se han producido en tiempo real, de la primera escena a la última, con el propósito de que el espectador siga la historia de manera similar a cómo percibe la realidad.
Pero el cine es un medio que nos permite jugar y romper con la lógica del espacio-tiempo a través del montaje.
El montaje paralelo o montaje alterno puede ser un modo más creativo de narrar una historia variando la manera en que los hechos se presentan al espectador. Este tipo de montaje consiste en relatar dos o más escenas simultáneamente alternando los planos.
La sucesión de hechos de cada escena se rueda por separado y se entrelazan en el proceso de edición de la película. Pueden ser escenas que ocurran en momentos o lugares diferentes, sin ninguna relación entre sí, o bien acciones simultáneas en el espacio y/o el tiempo que acaben confluyendo.
La intención principal cuando se utiliza el montaje paralelo es que el espectador pueda relacionar mentalmente escenas diversas. Muchas veces esto genera una tensión creciente en la película. De ahí que sea una técnica muy utilizada en escenas de persecuciones o de robos.
Os proponemos dos situaciones que os ayudarán a plantearos una historia narrada de esta manera. Practicad un poco este tipo de montaje, que seguro podréis incorporar fácilmente a vuestras historias.
Situación número 1
Un personaje está esperando a un segundo personaje.
¿Qué hace el primero? ¿Y qué hace el segundo? Si finalmente se encuentran, ¿qué ocurrirá entre ellos?
Situación número 2
El protagonista de nuestra historia tiene un objetivo que debe conseguir.
También tenemos a un personaje antagonista que boicotea esa acción.
¿Se os ocurren más historias que podáis contar de forma paralela?
Llevarlo a la práctica es tan sencillo como pensar y rodar las dos escenas por separado. Planteaos qué acciones tiene que realizar cada personaje y de qué forma pueden afectar al otro personaje. Finalmente, sentaos delante del programa de edición y jugad con los planos. Alternad las escenas generando tensión para que la película tenga momentos trepidantes. ¡Tened en cuenta aspectos como la duración de los planos, el ritmo o la banda sonora, ya que contribuyen a crear un clímax potente que hará vibrar al público!
¡Prestad atención también a posibles errores de raccord!
Os proponemos algunos ejemplos que os pueden ayudar e inspiraros para aplicar este proceso en vuestros cortos: